Lo segundo que ha hecho el etarra Errandonea nada más salir de la cárcel tras 25 años de condena ha sido mostrar una pancarta de apoyo a Bildu. Lo primero ha sido lo habitual: cantar el himno que reivindica una vida criminal a sus espaldas. El Lehendakari ha dicho que esta imagen le ha repugnado. Sin embargo, ¿por qué le repugna esta imagen al Lehendakari? Si, según él y su gobierno y su partido socialista de Euskadi, Bildu era la apuesta definitiva de la llamada «izquierda abertzale» por las vías políticas y democráticas… ¿qué tiene de repugnante que un etarra liberado solicite el voto para un partido perfectamente legal y democrático? Esto es algo ciertamente contradictorio y pone en evidencia que el Lehendakari y su gobierno y su partido socialista están jugando a dos bandas. Pero una imagen (y toda nuestra experiencia vital rodeados por los proetarras) vale más que todos los argumentos jurídicos del mundo.
Señor Lehendakari: a nosotros sí que nos parece que esta imagen del etarra no arrepentido pidiendo el voto para Bildu y reivindicando a ETA (fíjense en los colores de la pancarta) es repugnante. A nosotros sí nos parece ciertamente humillante para nuestro Estado de Derecho. A nosotros sí nos parece una burla para las víctimas del terrorismo y para cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad democrática y dos dedos de frente. Y nos parece todo esto porque es coherente con lo que venimos diciendo por activa y por pasiva: Bildu es una creación del mundo de Batasuna, Batasuna ha impulsado Bildu y en Bildu está Batasuna. Y Batasuna y su mundo, señor Lehendakari, y señores miembros del Tribunal Constitucional, no ha roto fehacientemente con ETA ni exigido su disolución incondicinal. Conviene recordárselo.